Quería hablarte de la pasión implantada en la memoria. De los momentos que se transforman en páginas esculpidas en los sentidos y en la piel.
De las horas conquistadas a la rutina tediosa, del roce, del sudor en las manos, de bocas golosas fundidas, de los olores de la vida y del deseo llevado a nuestro límite.
Hablarte del éxtasis al descubrir el placer por las palabras escritas cuando al otro lado la respuesta es plena.
Quería aún ser tan elocuente, que trasladar todo eso a amor fuera tan fácil como debilitar las palabras.
Eres Pecado...
Susurro deseos, soy mujer que centellea mil matices en penumbra.
Lluevo desasosiego mientras te espero,
Escucho melodías que me desnudan el alma.
Ansias chispeadas en diluvios que me rozan la piel y afloran escalofríos.
Somos opuestos, y somos iguales como la risa y la lágrima...
Sigues siendo Pecado...
Vivo pendiente de los sentimientos de la misma forma que el pasado finge ser futuro, una caricia que sólo los locos viven sin miedo...
Estoy loca... por Mí o por Ti... eso poco importa, son meros matices de la lengua.
Engaño preguntas. Invento respuestas.
Estoy condenada a mis propias incógnitas. Aquellas... las mismas que dejas en mi boca en los besos aplastados contra la pared de los sueños y la fuerza de tu cuerpo.
PD. Aún me haces arder en las madrugadas.
Amie