Deliciosa Locura



Me acerco a su cuerpo , y con la mano llevo su polla a mis lábios. La siento caliente… es perfecta para la temperatura que hay en mi boca.
Él se me ofrece como una bebida rara y yo lo bebo como un vino caro.
La absorbo alternando delicadeza y ansiedad. Ardo  cada vez que se hunde en mi garganta, sorbiendo en silencio el viaje alucinante de tenerle de manera tan íntima.
Atravieso el silencio con pequeños gemidos que él responde deliciosamente, diciendo que desea más, ...que me quiere encima de él.

Sonrío con cinismo y me alejo un poco, recuperando temporalmente la calma. No puedo parar... no quiero parar. Pero la luz y la música cerca muy cerca me alertan de un maravilloso peligro . Él tiene el sexo listo para follarme entera. Lo siento. Él me lo dice... y yo me río nerviosa.
Sinceramente no sé que hacer... hace mucho tiempo que no follo dentro de un coche. Se que es una Locura...una maravillosa locura.

Siento que él está excitado. Mordiéndole el labio, le ordeno:
- Fóllame.

Bajo mi tanga hasta la rodilla y me ofrezco de espaldas exhibiendo sin pudor mi sexo completamente mojado.
Él me toca con sus dedos y me dice que le gusta sentirme así.
- Fóllame  ! Vuelvo a repetirle mientras clavo mis ojos de fuego en los suyos.

Gimo en voz baja intentando controlarme pero no puedo..., al final de algunas estocadas duras, fuertes y rápidas, siento que me corro descontroladamente.
Él también lo nota y para... y mientras me susurra palabras indescifrables, quita su sexo y mete los dedos en su lugar. Respiro fuerte...y me besa intensamente.
Él me azota el culo con la mano y me penetra con brusquedad.
Me gusta y pido más...
Él sobrepasa los límites y me folla con urgencia. Siento su sexo penetrarme entera. Muevo mis caderas obedeciendo a su mandato...
“Somos animales en celo de tanto deseo...”
Mis pechos chocan contra el asiento del coche mientras él me castiga de tanto placer.

Aguanto al máximo mi imperioso orgasmo, transpiro atormentada y cada palmada en mi culo, es un incentivo para que el me cabalgue como una potranca obediente.

Su orgasmo llega con un fervor incontrolable hasta que finalmente en un gemido negro y profundo como la noche, lo siento explotar dentro de mí oprimiéndose aún más contra mi cuerpo, prisionero entre él y el asiento del coche.

Segundos después, es mi momento.... no consigo aplazar más el  éxtasis exigido por aquel hombre, y me corro furiosamente en convulsiones retenidas por los dientes, mordiendo fuertemente el cinto del coche.

Salimos …y nos fumamos un cigarrillo mirándonos.
No existe nada a ser hablado, pero existe un mundo a ser encontrado. Lo que comenzamos invade el universo como una energía poderosa lista para ser explorada por nosotros .

...Sólo su perfume aún me alimenta las ganas.