Complices de mil maneras

Entramos en el cine algo más rápido que el resto de los espectadores. Escogimos el mismo lugar de siempre, la famosa fila F, pero después de una sonrisa cómplice intercambiada, preferimos el rincón derecho del último lugar de la parte de arriba del cine.



Palomitas en las manos, agua y mucha conversación animada nos hacían compañía. Diez minutos después de que las luces se hubiesen apagado descubrimos que llegaba el sueño,... el silencio aburrido y la lentitud de las escenas me hicieron resbalar en la silla y perder la ganas de estar allí.


Le miré de soslayo ...busqué de inmediato el rastro de su perfume. El miraba el enorme telón con atención exagerada. Un pensamiento lujurioso me invadió la mente y rebosó líquido por mi piel.
Le susurré al oído palabras que él entendió de inmediato... me miró y aún a oscuras, y me dí cuenta que él había entendido perfectamente mi mensaje.
Acerco su boca a mi oído y dijo:

- “Loca”. Y sin más palabras me cogió de la mano y la encamino hacia su sexo.
Me estremecí !... lo toqué despacito por encima de los vaqueros...
Él respondió de inmediato, abriendo los botones.


(La ansiedad de tocarte, me alimenta el alma. )
No lo dudo, rozo con mis dedos la piel despacio hasta sentir la única respuesta posible... Tu falo aumentando dramáticamente de volumen y tu respiración aumentando a cada segundo."


Lo cojo ... ahora duro, y juego con el....

Me excito al sentir que pones tu mano sobre la mía, y juntos sentimos tocando tu sexo como se llena de deseo... desflorándose más y más ante los movimientos repetitivos de mi mano.


Mis entrañas responden por mí y por ti, reflejándose descaradamente , humedeciendo mi braguita blanca.


-“ Déjame a mi. Fóllate como tu sabes...”
Me dice él al oído presintiendo lo que había en mi alma. Obediente lo besé con llamaradas de fuego, y dejé que él guiara mi mano hasta el calor de mis muslos.

 

 -" Quítate el tanga y dámelo” .
Me dijo en tono autoritario. Lo hice de inmediato, mientras él mantenía una mano en su virilidad y la otra acercaba la braga húmeda a las narinas.


Mis dedos pararon de inmediato en mi clítoris sediento y escurridizo. Verlo excitarse así, me excitaba a mí también. Me acaricié mirando que el se masturbaba a mi lado. Nuestras miradas se cruzaban en medio de la oscuridad y sólo el brillo palpitante del deseo nos mostraba lo cuanto necesitábamos de mucho más...


Segundos después, él cerro los botones, yo intenté impedir que lo hiciera, pero él bruscamente me quitó la mano de los pantalones, y cogiéndome el rostro con fuerza dijo:


-"Continúa. Fóllate !... no pares. Quiero ver como te corres para mí”.
Mis pezones sobresalían doloridos, ocultos por la blusa apretada, mientras continuaba acariciándome el clítoris casi mecánicamente, conociendo con perfección el ir y venir de los dedos en el botón hinchado.
Me devoro con placer en brasas robadas, continúo terca, quebrando la intensidad del momento con un único deseo, de correrme en aquel exacto momento!.
Muerdo el tejido de la blusa impidiendo el grito de hembra que se desprende de mi garganta y me dejo inundar de éxtasis ante el silencio agudo de la sala oscura.


Respiro apenas en el momento en que las luces se encienden para el intermedio, Cubro apresuradamente los muslos desnudos, y le veo mirarme fijamente con una sonrisa enigmática. No existe nada a ser hablado, contado y ni argumentado.


Él se levanta y mete sin cuidado mi tanga en su bolsillo. Me coge la mano aún húmeda y me dice en un tono indescifrable:


“ Vamos. Los próximos instantes son míos...”
Y saimos del cine con mucho más prisa con la que entramos...