El encendedor

El la acariciaba con la suave insistencia de los ciegos, rozándola con las yemas solamente, contorneando su vestido y reconociéndolo , sin atreverse a infringir sus bordes.

Ella sonreía y una oleada de ternura la embriagaba como un vino delicado.

Y con dulzura , ella tiró del sedal y poco a poco lo fue guiando a su casa.

Bajó las persiana, puso música ,graduó la luz y sirvió unas bebidas.

Con dulzura reptó hasta su boca y le lamió la lengua susurrándole palabras incomprensibles.

Le tomo de las manos y las puso sobre sus pechos y las movió y las apretó contra su carne ansiosa. Se volcó sobre el extendiéndose, cubriéndolo como una sabana estremecida.

Pero el muy suavemente se deslizó, se hizo a un lado , apagó la luz y con una insospechada soltura , le desabotonó su vestido y se lo sacó.

-No te muevas. le dijo.

Encendió el mechero y lo fue paseando, acercándoselo con morosidad y atención. Ella sentía la llama alargarse por su cuello , resbalar por sus hombros. La sentía atraves del encaje del sujetador, arder sobre las oscuras rosas de sus pezones. La sentía aletear siguiendo el largo camino de su brazo, hasta desembocar en su vientre. La sentía asomarse por el oscuro pozo de su ombligo, retroceder ante sus ingles.

- Separa las piernas. le dijo.

La llama se detuvo un instante ,en el que ella pensó que toda ella se abría , y que de ella brotaba otra llamarada saliendo a su encuentro y que las dos como dos lenguas se enroscaban... se estrangulaban... se fundían.

Después el encendedor se apagó...


Amie