Una Noche Cualquiera

“ Entras, sales y te vas a casa ”, se prometió a si misma abriendo la puerta y frunciendo los ojos instintivamente contra la penumbra cargada de humo del aquel remoto bar.



En un rincón una mortecina telaraña de luz iluminaba la máquina de tabaco y el teléfono, en el que un hombre alto sostenía el auricular junto a la oreja, esperando supuso, a que respondieran su llamada .
Los ojos descarados del hombre se entrecerraron, luego cayeron sobre su pecho trazando círculos probando las profundidades de la chaqueta de piel que colgaba sobre una camiseta que ceñía unos pechos repletos... llenos.

-Muy bonita – murmuró el hombre con aprobación, los ojos desvergonzadamente fijos antes de iniciar el lento ascenso , hormigueando en sus orejas… lamiendo su boca.
Ella se sonrojó, sintiéndose derepente desnuda , expuesta… , el hombre sonrió comprendiendo , y se volvió hacia el teléfono.

Ella … nerviosa, se apresuró a volverse, y se acercó a la barra.

-Nada atrae más deprisa a un camarero que una mujer bella y sola - susurró una voz masculina desde su hombro derecho .






Ella alzó la mirada hacia el espejo frente a la barra sorprendida , y allí detrás de su propio reflejo , estaba el hombre de teléfono. Unos ojos luminosos , color del arco iris dispararon al espejo y rebotaron en su alma. Ella cerró sus ojos con fuerza y volvió a abrirlos …el retrocedió sonriendo…
El espejo reflejó sus ojos que siguieron la sombra del hombre hasta una pequeña mesa en un rincón. Ella sentía aquellos ojos rozarle las piernas, perfilarle el culo bajo la falda ajustada, deslizarse por sus hombros, por sus pechos…

-Te he estado esperando – susurró el hombre cuando ella finalmente se acercó a la mesa.


El hombre sacó un cigarrillo y se lo acercó a sus labios.
-Esto es tuyo – el hombre empujó una copa hacia ella . –Y esto , naturalmente es mío. Alzo su copa y la miró fijamente a sus ojos claros. – Y eso, naturalmente también será mío.
Su mirada trazó una estela por la suave curva de la barbilla de ella, por su cuello , por su pecho , antes de descansar donde los ansiosos pezones se erguían traicionando su piel erizada . Ella se pregunto si el podría ver a través de la piel ... de la tela ... si estaría viendo sus pezones descaradamente duros.

Una penetrante pulsación le sacudió el vientre ... abofeteándola entre las piernas. Ella casi sentía las lenguas de pequeños demonios danzando sobre su piel , lamiéndola , chupándola en cada rincón de sus secretos.

-En realidad , estoy jugando a la caza del tesoro – Su dedo acarició el borde del vaso mientras sus ojos besaban cada línea , cada detalle de su rostro .
-No entiendo . -dijo ella nerviosa
Ella intentaba ignorar los latigazos entre sus piernas , las vocecillas que la instaban a volver a la realidad , a la predecible seguridad de su vida .

El hombre parecía muy inocente, excepto por un dedo que no dejaba de trazar círculos en el vaso y de hundirse en su copa … excepto por que no dejaba de llevarse ese dedo a los labios lamiendo lentamente las gotitas , mientras la miraba intensamente a los ojos.

- ¿Quieres jugar conmigo ? le preguntó el .
Ella se agitó en la silla decidida a marcharse .
- Tengo cosas que hacer .- respondió agitando las llaves para dar énfasis a sus palabras.
-Yo también .- suspiró el hombre contrariado. Frunció los labios y luego pacientemente añadió :

-Por eso te lo he pedido . Volvió a sonreír .
- ¿ De verdad no te apetece jugar conmigo ?


Ella se sonrojó , agradeciendo las sombras del bar , se imaginó besando aquellos labios que se movían con las palabras, consciente de pronto de que el pié del hombre le subía por la pierna …acariciándola detrás de las rodillas ... deslizándose entre sus muslos , en línea directa hacia su ardiente coño empapado.

-Ven conmigo - le dice el.


Ella embriagada de deseo , se dejo conducir a través de la sala, hacia la puerta y luego a la calle. La idea de marcharse , quedó tan abandonada como el vaso vacío sobre la mesa.





Amie